lunes, 22 de enero de 2018

Fragmentos de terror... FRIO








FRIO 



Tengo frio, demasiado frio. Mis manos se empiezan a poner heladas, de hecho mis dedos están blancos y casi ya no los puedo mover, me he sentado sobre las pocas maderas que he encontrado en este cuarto, aunque el clima es tan monstruoso que no me sirve de mucho, y peor aún por que el techo está en muy mal estado y tiene grandes orificios que dejan entrar más el viento. Ya he revisado bien cada rincón de este lugar y lo único de provecho que he encontrado es un desarmador y un martillo. Llevo aquí más de tres horas y puedo oír como la tormenta sopla con una furia desenfrenada. Tengo que salir y buscar un lugar cálido o moriré de hipotermia. Y en todo este lapso, he tenido mucho tiempo de reflexionar, de cuestionar mi vida y cuestionar a Dios. ¿Acaso yo soy merecedor de tan cruel destino? Yo que toda mi vida he sido buen trabajador, esposo y padre, ¿cómo ahora tengo que estar encerrando con un frío atroz y sin saber si afuera estarán esperándome para cazarme? Esos designios divinos no se me hacen justos y tengo muchas ganas de arrancarme la cruz que traigo en mi pecho, pero no lo he hecho; no por falta de valor, sino porque quizá después de todo sigo creyendo en que Dios me sacará de todo esto.