lunes, 30 de octubre de 2017

Fragmentos de terror... EL GRAFITI.


¿Que puede habar detrás de un inocente grafiti sobre una pared?


EL GRAFITI 

I

Tenía apenas escasos tres meses que habían pintado su fachada, le ayudaron sus hijos, Leo y Rocio. Escogió un tono lila para las paredes y un blanco para la herrería, le daba un bonito contraste con unas arboles de la abundancia que tenía en un balcón del primer piso.

  Todo ese trabajo y esa bonita fachada (cinco años sin haberla pintado) le duraron un par de días —ni siquiera el gusto de haber celebrado el día de la faena de la pintada con un asado de carne y patatas fritas), pues en la mañana del tercer día amanecieron una serie de grafitis sobre sus puertas y muros.

  Enojado la primera vez, el señor Pérez tomó su brocha con el resto de pintura y se esmeró en volver a pintar todo. “Esos malnacidos ociosos no nos arruinarán nuestro trabajo con sus estupideces”, le había dicho a su mujer ese día. Pasaron otros dos días de belleza estética, hasta que la tercera mañana nuevos grafitis aparecieron. El señor Pérez repitió la faena de pintar todo.