AMORES RÁPIDOS
Bombeaba
constante, sin ser demasiado rápido por aquello de que el hombre se viene
pronto. Me era algo difícil pero a través de la práctica ya sabía la maña para
aguantar más tiempo. Y a pesar de la enorme excitación que tenía, y del sentir
su calor y ver como se movía su cuerpo con mis empellones, lograba controlar mi
excitación.
Nunca se había
quejado ninguna mujer de mi desempeño en la cama. Casi podía jurar que podía
ver como sonreían de placer y a pesar de que no gemían ni demostraban cuanto
las complacía, estoy seguro que disfrutaban tanto como yo nuestros amoríos. Amoríos
que duraron poco pues al igual que a las otras, se la llevarían pronto, por lo que
hasta tres veces le hice el amor antes de que ese triste momento ocurriera.
Debíamos de aprovechar el tiempo, y a pesar de que terminaba cansado de tanto
eyacular me las ingeniaba para reponerme con bebidas vigorizantes.
Bombeé y
bombeé con más fuerza, estaba encima de ella, tenía sus piernas bien abiertas y
sus senos bailaban en feliz libertad con mis movimientos. Estuve a punto de
preguntarle si quería que aguantase más, pero no lo hice, ya estaba muy
excitado, así que me moví rápido hasta vaciar toda mi semilla en ella. Fue algo
muy placentero y agotador.
Me vestí
rápido y procedí a limpiarla de mi semen, estaba bien quietecita, de seguro
también se había cansado tanto que por eso no se movía ni hablaba. Una vez que
le limpié toda su vagina de mis fluidos, la tapé con la sabana. Miré el reloj,
todavía faltaban dos horas para que vinieran por ella, me daba tiempo de
vestirla y arreglarla bien (después me ducharía). Fui por mi material, debía de
quedar muy bonita e impecable para su velación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario