lunes, 29 de enero de 2018

Fragmentos de terror... MIS TRES DERECHOS



Una ley que sería muy interesante...



Mis tres derechos 

Era la ley más maravillosa que jamás se hubiera creado. Consistía en darle el derecho a cualquier ciudadano de poder matar en toda su vida a tres personas. Suena muy descabellado pero créeme que si tú tuvieras derecho a esa misma ley, la amarías. Hay demasiada gente bastarda que no merece vivir, así de simple. Si uno lo pensaba con detenimiento esos tres derechos podían aligerarle a uno la vida. Mucha gente había ya llegado a vieja y nunca los había usado ni pensaba hacerlo. De esa gente se podría decir que fueron unos panes de dios que nunca se pelearon con nadie, o más bien, yo diría que no tuvieron las agallas para usarlos, no es fácil tener los huevos para usar estos tres privilegios. A mí la primera vez que usé un derecho, me costó hacerlo y estuve a punto de arrepentirme, pues no es fácil quitarle la vida a alguien, aunque lo odies. Yo maté a un tipo de la universidad que me robó a mi novia, la muy perra lo prefirió a él y yo tuve que asesinarlo. No lo hice enseguida y esperé sabiamente hasta que anunciaron su boda un año después; así acabé con su vida y ella pagó el dejarme por ese imbécil. 








  Y después de la ejecución de mi primer derecho muchas veces he deseado usar los otros dos, pero me he contenido, no he llegado a odiar tanto a esas personas como para realmente matarlos. Y qué bueno que nunca los usé, pues el destino me los tenia bien guardados para un par de vecinos odiosos que se dedicaban a la compra venta de carros chocados. En su labor se fueron apropiando de todos los lugares del estacionamiento, lo usaban como taller y para traer todas las basuras que logran obtener de los corralones. Y fueron muchos años los que tuvimos que soportarlos. Varios vecinos quisimos detener sus abusos y pedirles que dejaran de creerse los dueños, pero eran unos grandes hijos de puta que podrían cobrarse venganza contra el que les reclamase. Así que nadie dijo nada en estos años.

  Claro, eso fue hasta hace rato, donde usé mis últimos dos derechos. Lo estuve planeando por meses subiéndome a mi azotea cada tercer día para estudiar sus movimientos: desde a qué hora empezaban a pintar o pulir sus carcachas, hasta a qué hora descansaban o recibían a sus malas amistades. También me he dedicado a buscar el mejor sitio para poder apuntarles sin que lo sospecharan y pudieran ellos matarme antes (aunque tengo entendido que ellos ya habían matado a sus tres personas, pero por si las malditas dudas). Busqué ser lo suficientemente sigiloso y funcionó. Me esperé a que estuvieran los dos juntos y con el rifle con mirilla (un triunfo conseguirlo en el mercado negro), le he disparado a uno en plena cabeza, y al otro mientras corría a socorrer a su cuñado. Ya hace rato la policía ha tomado mi declaración y me ha puesto mis dos marcas faltantes, ya no puedo matar a nadie más, pero estoy satisfecho con ello, he gastado sabiamente mis tres derechos.

  Para celebrar nuestra libertad sin esos vecinos basura, haré un viaje con mi familia. Hemos preparado todo en el carro y están esperándome para irnos. Soloregreso por una maleta que se nos olvidaba, la he guardado en la parte de atrás; pasa una vecina odiosa que saca a su perro y no recoge su mierda del pasto (ojalá y tuviera un derecho más para usarlo con ella), y cuando me dispongo a subir a mi carro, siento un terrible calor en el pecho, lo miro y veo una mancha oscura que se va expandiendo sobre mi pecho: alguien me ha disparado. Volteó a ver si es venganza de los vecinos lacras que he matado, pero no se ve nada, sigo buscando y ubico a un vecino con la ventana abierta y su rifle aun en sus manos. Me sonríe y me da otro disparo. Creo que esta vez sí me ha dado en el corazón, porque todo se me nubla y me empiezo a caer. Trato de pensar porque ha usado su derecho conmigo y me quiere ver muerto, no lo recuerdo muy bien. Caigo al suelo y oigo como mi familia sale del carro para auxiliarme, me llega entonces un vago recuerdo de que una vez no le presté mi podadora a ese vecino, y quizá por eso me está matando, no lo sé… ahora todo se pone oscuro y… él estaba en su derecho a matarme…

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